domingo, 11 de julio de 2010

Palabras de la olla de junio

La crisis causó tres nuevas muertes (siempre es el estado) Asombradxs, o no... indignadxs, o no, asistimos irónicamente a otra represión contra las personas. No es casualidad la forma de titular, de mostrar, de los medios. En el caso de Bariloche, en el de Darío y Maxi, en el de Car-los Fuentealba, en el de Luciano Arruga (?), en el de Kiki y Ezequiel, en el de... tantos, tantas. Digo irónicamente por esta forma de tomar el tema, de titular, pero también porque ironizar es parte de la lucha, de la movida, de las resistencias y rebeldías varias que nos pintan. A nosotrxs, a los estudiantes, trabajadores/as, desocupadas/os, y tantas otras categorizaciones que usamos. Nosotros/as ironizamos y nos interpelamos y también a otrxs. No es casualidad tampoco que muchas personas, aunque no tantas, salgan a apoyar el accionar policial. La crisis es la crisis del sistema, las paredes de las casas tiemblan por los ruidos de los de abajo, y por el miedo de los de adentro, de los del capital. O de quiénes hablamos? Muchos de estos personajes están estu-pidizados por la visión de los medios, y otros tantos por la visión de quienes dicen no ser los medios, pero son el estado, en las manos de un gobierno que se dice defensor de los DDHH. Y los medios, nunca se despegan de él, solo planean ser sus representantes por otros medios, pero nunca se cuestiona al estado, sí al gobierno. Hecha esta aclaración, nos situamos en el me-dio de los medios y el gobierno, del otro lado del estado, por arriba de los humos capitalistas, con el corazón abajo y a la izquierda, enautonomizándonos del sistema, como podemos. Y hoy, en esta fecha recordatoria de las muertes en lucha de Darío y Maxi, también nos preguntamos por aquellas muertes de quienes no luchaban, y de aquellas otras muertes de quienes encontra-ban en el robo lo que este sistema ofrece. También de aquellas otras muertes que caminan, y van de casa al trabajo y del trabajo a casa sin rebelarse jamás... Nos preguntamos por qué no luchamos y repudiamos también por aquellas desconocidas muertes de quienes no tuvieron un lugar en nuestras organizaciones y grupos. El estado mata miles de personas y las vuelve un número. Antes les otorgó una identidad a través del DNI. Después las desapareció como a Luciano, dejándolas sin ser. Ahora, en las luchas recuperamos sus identidades, las volvemos visibles, hablantes, nos piensan, nos animan. Mientras, nos cuidamos, nos relacionamos, nos for-mamos, no queremos mas muertes provocadas por el estado. No creemos que haya salida a la represión si mantenemos un estado represivo. Pensamos en otros o en su abolición. Nos juntamos para organizar otros mundos.

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