Como cada noche del Calendario Ollero, la rebeldía se presenta con sus filosas preguntas, con su encuentro febril, con su terca desobediencia, con su pensar esta maquinaria de injusticias e intentar alterar el curso de sus crueles mandatos… Y esta vez fue la Educación como socialización de conocimientos, la que estuvo en la mira de nuestra incorregible mirada... La educación como proceso de aprendizaje, desarrollo de las capacidades del pensamiento en relación a nuestro soñar, hacer y decir. Conformadora de nuestra visión del mundo, de nuestra propia vida y de la de l@s demás. Saber es una luz que enceguece, que embriaga. Y basta con ver la mirada de quienes “no sabían” leer y escribir cuando leen y escriben, para saborear la hermosura de un espíritu tocando la felicidad con su corazón…
1. Pero para reflexionar sobre la educación desde la escuela, hay que revisar los cimientos y las razones que tenía la burguesía para desarrollarla (por medio del estado) desde sus fundaciones elementales. La modernidad, etapa distinguida por la explotación capitalista, deposita en la maquinaria del estado-nación su poder, legislando y legitimando la explotación capitalista y sus valores mercantiles de clase. Ubica al estado nacional, como aparato estructural y cultural de dominación. Estados totalizadores y disciplinarios, disciplinaron y educaron a las multitudes, por medio de una serie de dispositivos de control, como la familia, la escuela, la fabrica, la cárcel, el hospital psiquiátrico, la policía, la ciencia, la religión, etc., en una serie de represiones e imposiciones morales, corporales y ficciones sociales, que permitieron el desarrollo de la producción, la hegemonía de la cultura occidental, y su reforzamiento mutuo.
El caso es que para que este nuevo orden fuera acatado por las multitudes, era preciso crear las instituciones que impusieran una disciplina tal y su respectivo adoctrinamiento, como brazo rectificador del estado, con el fin de imponer la obediencia a quienes serían de ahora en más, súbditos del estado y del capital, y por lo tanto, de la burguesía. No por que no lo fueran, si no más bien, para que el nuevo orden se clave en los confines más profundos de la sociedad. Es decir, en sus relaciones sociales. Para que la sociedad misma reprodujera esos mandatos, y adhiriera a las nuevas ficciones que sustentaban la nueva soberanía: la del Dinero.
Para proletarizar a la sociedad toda (y he aquí el tema que en esta Olla nos reúne), fue necesario extender esta ciencia de la disciplina a las instituciones escolares, donde los niños y las niñas eran reprimidas (y lo son aún), para que su espíritu quedara dócil como un cordero. La homogenización de las voluntades, la igualación de perspectivas, la imposición del modo único de producción, las diferenciaciones funcionales, el absoluto reconocimiento de la autoridad, la muerte de lo comunitario, la individualización de la subjetividad, la construcción del yo egoísta, son los efectos de la educación que el estado va a buscar lograr. Así la sociedad toda se vuelve el blanco al cual van a apuntar los modos de instrucción. La Escuela va a volverse la tabla rasa que moldee los cuerpos y por medio de éstos las profundidades del alma, las articulaciones que le dan movimiento, sus deseos, pero también sus “desviaciones”. Los y las docentes, como capataces del estado, son l@s encargad@s de reproducir la disciplina, las ficciones nacionalistas, los dispositivos militares.
Timbre. Formación estricta. Distancia. Silencio absoluto. Saludo a la bandera. Despliegue. Partición y extrema utilización (economización) del tiempo. Imposición de la autoridad y las jerarquías. Depósito de saberes a alumnos sin saberes previos de ningún tipo. Aprendizaje determinado de lectura y escritura para la construcción de las estructuras de pensamiento. Reproducción de las ficciones de la historia oficial. Descontextualización entre lo que se aprende y la vida cotidiana. Profundización de la propiedad privada (lo mío es mío y se castiga el “robo” severamente). Evaluación individualizadora. Castigos a la ineficiencia, a las desviaciones y al compañerismo. Premios a la adaptación, a la docilidad, a la delación y a la traición…
2. Sin embargo, el mismo capitalismo que inventó el aparato estatal burgués de opresión y poder para disciplinar y encauzar en el mercantilismo y la obediencia laboral industrial la vida humana, es el que quiere hoy, finalizada esa tarea, desmantelarlo y reinventarlo, dando paso a su objetivo de siempre: globalizar el capital, el mercado y para ello, globalizar el control. El Estado no debe cumplir el rol que dicen debería cumplir (ni siquiera en su propósito disciplinario), como asegurar la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, si no cumplir el rol que la globalización y el Capital le reservan, es decir, legitimar al capitalismo, dejar paso al neoliberalismo, legislar a su beneficio, y atribuirse y practicar el monopolio de la violencia contra los y las que sobran, y contra los y las que se revelan. Las instituciones que servían de adoctrinamiento pasan a ser pabellones-depósito: las cárceles, los hospitales, las escuelas…
No obstante, este “abandono”, no es algo casual o caprichoso, si no que es una táctica dentro de una estrategia más general, que es la privatización de las instituciones del estado. En el caso de la educación pública (como en las demás), la regulación del mercado es el fin último de este desmantelamiento, de este “abandono”, o mejor dicho, de esta resignificación del estado. Quieren hacer de la socialización de conocimientos una relación mercantil. Los saberes se compran y se venden, y los y las docentes, quedan a merced de los designios explotadores de los empresarios.
Sin embargo hay que hacer una aclaración. Esto no significa que el estado sea algo separado del capitalismo, y que no explote a sus trabajador@s, de hecho es un explotador por excelencia. El estado es y será capitalista siempre, por que para eso fue creado, para reproducir las relaciones de opresión y producción capitalistas. Pero para el neoliberalismo, el estado-nación es un lastre, un peso de potenciales límites al mercado. Y es lo que no quieren permitir quienes abogan por su socavamiento parcial. Parcial, por un lado por que las ganancias se la llevan ellos, pero las deudas las paga el estado, la sociedad. Y por el otro, por los subsidios millonarios que reciben de aquel. De ahí que no pregonan su destrucción, si no su reelaboración y reestructuración.
Primer paisaje. Pueblos y comunidades sin escuelas. Escuelas y universidades que se caen a pedazos. Sin recursos. Docentes que cobran sueldos de miseria. Burocracia crónica. Filtros que privilegian. Docentes desbordados por los conflictos que el sistema genera y se evidencian más aún en niñ@s y jóvenes. Alienación de profesionales para el mercado. Violencia represiva de las fuerzas de seguridad.
Segundo paisaje. Carreras con muchos recursos, funcionales al mercado. Escuelas y universidades que reciben subsidios del estado. Mercantilización de las relaciones de educación. “Vacías” de contexto político. Burbuja ahistórica. Negación de los conflictos sociales, o mejor, recreación de éstos en una voluntad dócil y reproductora de la opresión. Alienación de profesionales para el mercado.
3. Ahora bien, en estas reflexiones hay un elemento más, que viene a completar la ecuación de tres (o más) que se nos presenta. Hablamos de la escuela pública estatal, de sus funciones y su reestructuración. Y hablamos del mercado como maquinaria que engulle todo cuanto se pone delante de sus fauces empresariales. No obstante, sería una falacia (y sobre todo una desesperanza) admitir estas dos maneras como las únicas formas de socializar nuestros conocimientos. Por que ambas reproducen y provienen del mismo sistema de relaciones de producción, del mismo núcleo de opresión, de la misma clase social adinerada y hegemónica.
Antes, debemos reivindicar muchos proyectos que desde dentro de las universidades y las escuelas se están posicionados políticamente hacia la desconstrucción de estas relaciones de opresión. De ahí que también hallamos reflexionado sobre otras maneras de colectivizar nuestros saberes. Tanto “dentro” como por “fuera” del sistema educativo tradicional. Podemos decir que estas experiencias educativas, son también producto de la crisis estructural de la democracia representativa, del estado, y que de alguna manera ocupan (a la vez que lo vacían) el lugar en la comunidad que éste dejó hace rato.
Cátedras libres. Materias realizadas colectivamente. Evaluaciones colectivas. Bachilleratos populares. Alfabetización. Apoyo escolar. Escuelas a puertas abiertas. Escuelas autónomas zapatistas. Tienden a distanciarse de las jerarquías, de la disciplina, de las relaciones asimétricas de la escuela tradicional. Entienden el proceso educativo como un proceso que nunca termina, es decir que no se limita ni en el tiempo ni en el espacio. No se termina cuando se sale del edificio, ni se termina cuando l@s estudiantes se gradúan o finalizan su ciclo, si no que perdura con el tiempo a lo largo de la vida, y en todos los ámbitos en los que vivimos nuestra cotidianidad.
La educación aspira a ser una tarea de toda la comunidad. Madres, padres, docentes, estudiantes. Aprender no solo contenidos, si no también otras formas de relacionarnos. Es ahí donde el aprendizaje descubre un mundo nuevo. Donde revoluciona el que tenemos para ponerlo de cabeza. Donde sueña el abajo que tiene pan y conocimientos para espantar la ignorancia.
También se modifica el lugar de las educadoras y los educadores. Ya no son semi dioses que lo saben todo, si no personas que saben algo y sobre todo, que no saben muchas cosas. Esto plantea una colectivización de saberes más igualitaria, donde estudiantes y docentes o educadoras aprenden y enseñan a la vez. “Nadie no sabe nada y todos sabemos algo”. A menudo, incluso, en los barrios pobres, se da que los y las educadoras aprenden más de lo que enseñan…
La educación verdadera está hermosamente obsesionada con la liberación. Enamorada de la rebeldía, es capaz de dar su vida para que l@s más, l@s much@s, l@s que hacen el mundo, l@s de abajo, duerman con la ingobernable sonrisa de la libertad…
4. Y para no-terminar, como es nuestra costumbre, por que de por sí somos grandes no-terminador@s, damos nuestro apoyo a las y los docentes en pie de lucha, los que no se callan, los que se rebelan, los que ven en este sistema al enemigo de todos, y debaten en sus clases, inducen y estimulan a pensar y a desarrollar seres autónomos, responsables de sus actos, rebeldes, cuestionadores de lo impuesto y constructores de un mundo nuevo. Un mundo nuevo donde no tienen cabida las teorías que dicen como vivir, si no solo aquellas que ayudan a entender la realidad y a mejorarla…
NUESTRO FRATERNO APOYO A L@S DOCENTES EN LUCHA
JUSTICIA PARA FUENTEALBA
La Olla.
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