sábado, 31 de octubre de 2009

XXIV Encuentro Nacional de Mujeres (por Imágenes en lucha)

En la hermosa ciudad de San Miguel de Tucumán más de 20.000 mujeres de todas partes
de Argentina, Latinoamérica y otros rincones de este mundo, fuimos partícipes del vigésimo
cuarto Encuentro Nacional de Mujeres, que se extendió del sábado 10 al lunes 12 de
octubre. Voces y reflexiones, anécdotas y experiencias sobre una gran cantidad de temas
que nos atraviesan e interpelan a todas, fueron discutidos y consensuados en 54 talleres
sobre los más variados temas (educación, salud, comunicación, poder, violencia, solidaridad
e integración latinoamericana, familia, prostitución, medio-ambiente, identidad, pueblos
originarios, sexualidad, etc.)… Entre ellos se abordaron cuestiones relacionadas a la
violencia que marca y aplasta a la mujer día a día en la sociedad que vivimos.
Lamentablemente en muchos de los espacios de discusión se vivieron momentos tensos
cuando compañeras pertenecientes a ciertos partidos políticos (como el PTS –agrupación
Pan y Rosas- y el Partido Obrero, entre otros) intentaron imponer sus consignas y métodos
de organización al resto de las participantes, entorpeciendo el debate de las temáticas en
profundidad.
“Que momento, que momento… a pesar de todo les hicimos el encuentro”.
El sábado se llevó a cabo la apertura en el club “Tucumán Central”, con la presencia de
miles de mujeres pertenecientes a distintas organizaciones sociales, trabajadoras,
movimientos de desocupadxs, agrupaciones feministas, partidos de izquierda, y mujeres
independientes. Aunque desde un principio la comisión organizadora estuvo constantemente
amenazada tanto por el gobierno provincial como por la cúpula de la Iglesia y varios medios
masivos locales, todo comenzó con mucha alegría y las ganas de tantas almas que se
acercaron hasta Tucumán. Desde este primer momento se pudo vislumbrar algo que
pareciera ser un rasgo característico de este Encuentro: la diversidad. La heterogeneidad
del conjunto de las participantes, con sus muy variados cuerpos, estilos, creencias, sueños,
formas de organización, se unían en este momento por la experiencia común de constituirse
como mujeres en una sociedad patriarcal, desigual e injusta. Es importante señalar que el
encuentro tiene como fin principal llegar a consensos sobre las diversas problemáticas
tratadas en los talleres incluyendo la voz de todas y no sólo de las mayorías como nos
habitúa la lógica político-partidaria tradicional.
“Educación sexual para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar,
aborto legal para no morir”.
Uno de los más concurridos y a su vez conflictivo, como cada año, fue el taller sobre
ABORTO. Mujeres cristianas utilizaron estrategias de las más variadas, entre ellas golpes e
insultos, para impedir que se discutiera sobre el tema y superar de una vez por todas una
problemática que causa cientos de muertes al año, por tener que realizarse de manera
clandestina y sin una seguridad adecuada. Por no tener acceso a un aborto seguro mueren
70.000 mujeres cada año en el mundo y son hospitalizadas cientos de miles de ellas por
complicaciones generadas por métodos abortivos no seguros. Pero si realmente nos
ponemos a hurgar en el tema, es fácil descubrir que las clases populares son las más
afectadas por estas muertes, ya que un aborto bien hecho es muy costoso. Es claro que el
tema está atravesado por el poder de la Iglesia Católica y por los intereses de los gobiernos
de turno.
El aborto es nuestro derecho, es el derecho fundamental a decidir sobre nosotras y nuestro
cuerpo. Felizmente son muchas las compañeras luchando por esto, batalla que da sus frutos
como ser la línea de consulta telefónica “Aborto, más información, menos riesgos” (011
1566 64 7070), una alternativa que empieza a abrirnos horizontes esperanzadores.
“Sin prostitución no hay trata”.
La prostitución es una de las más extremas manifestaciones de cómo actúa esta sociedad
patriarcal, y lamentablemente naturalizada en toda la sociedad mundial; que cada vez lo es
más, gracias a los patéticos medios de comunicación (tv, internet, telefonía celular, etc.)
que muestran a la mujer como otro objeto más de consumo. Un tema que no solo no intenta
resolver ningún gobierno, sino que se promociona y perpetúa a través de la policía y de su
aparato judicial y legal. Varios talleres y charlas extras se realizaron para debatir y
concientizar sobre estos temas. Estuvieron presentes compañeras de AMMAR Capital
(Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos), organización que nucléa
mujeres que estuvieron o están en situación de prostitución (www.ammar-capital.org.ar) y
que manifiestan que “la prostitución no es un trabajo”, entre otras tantas cosas. Dentro de
las conclusiones de varios talleres se escuchó un fuerte repudio frente a la ley de trata
(ley 26.364) ya que no persigue a los proxenetas y que además, atenta contra las
mujeres pues si son mayores de 18 años deben probar su no consentimiento.
¡¡Sin clientes no hay prostitución, sin prostitución no hay trata!!
Además de los talleres realizados en diversos establecimientos educativos de la ciudad,
tuvieron lugar otras charlas y manifestaciones culturales en las plazas principales. Música,
obras de teatro, exposiciones plásticas y de fotografía, de las que participaron compañeras
de los más diversos puntos del país y el exterior, hechas para repensar las problemáticas de
la mujer. Fue particularmente interesante la charla organizada por Mujeres Inconvenientes
junto con Feministas en Resistencia, donde compañeras provenientes de toda Latinoamérica
hablaron sobre los trabajos que están llevando adelante en sus lugares de origen.
Participaron cumpas de Venezuela (Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora), Costa
Rica (Milpa Universitaria- MAIZ), Brasil (MST y Marcha Mundial), Guatemala, Nicaragua
(Rescate Sandinista), México (Movimiento de Liberación Nacional), Colombia
(Organización por la Paz con Justicia Social) y Honduras (Feministas en Resistencia). Cada
una habló sobre su experiencia y sobre cómo se articula en los diversos movimientos la
cuestión de la mujer, coincidiendo en su mayoría en que si bien se ha avanzado en un
camino de igualdad dentro y fuera de las organizaciones, aun falta un largo tramo a
recorrer; y también acordando en la importancia de espacios femeninos como manera de
que no sólo los hombres sino también las compañeras mismas asuman su rol como actoras
políticas claves dentro de los movimientos.
Por Honduras, pudimos escuchar la palabra de Indira, quien nos interiorizó acerca de la represión que vive actualmente su pueblo bajo el golpe de Estado encabezado por Micheletti y
cómo en este contexto los feminicidios y la violencia contra mujeres, niñxs y trans se ha agravado considerablemente.
El domingo se marchó desde Plaza Urquiza, recorriendo largas cuadras de la ciudad;
pasando por la División de Investigaciones de la Policía, Ex Centro Clandestino de
Detención conocido como “La Jefatura”. Siguiendo el recorrido, la marcha se encontró
con varias iglesias custodiadas por sus fieles hombres rezando, acompañados por largas
filas de policías, mujeres en su mayoría. En un momento la marcha se dividió en dos: una
de sus partes marchó hasta llegar a la Maternidad de San Miguel, lugar donde fue
secuestrada Marita Verón en el año 2002 y otra columna se dirigió hacia la catedral de la
ciudad, donde se produjeron encontronazos entre las participantes del encuentro y
representantes del ala más retrógrada de la iglesia católica quienes contaban con la
custodia de la policía local que reprimió a las mujeres con gases lacrimógenos. Estrategias
represivas como estas explicitan la moral reaccionaria de muchos grupos católicos, quienes
siguen forjando un ideal de mujer abnegada y sometida, funcional al sistema hegemónico,
hecho que también se manifestó a través de miles de carteles y gigantografías en contra
del aborto que se podían ver por toda la ciudad desde el día que comenzó el Encuentro.
Finalmente el lunes 12 se realizó el cierre tras la lectura de las conclusiones de todos los
talleres y de la elección de Paraná como sede del próximo XXV Encuentro Nacional de
Mujeres.
“Algo cambia en cada mujer que participa”, fue el lema del encuentro de este año. Cada
una de nosotras sintió la potencia de participar de un encuentro de tal magnitud,
llevándonos el compromiso de seguir construyendo alternativas de cambio que trasciendan
las palabras y se traduzcan en prácticas tan posibles como abarcadoras.

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