viernes, 26 de junio de 2009

¿Está cortado el puente? ¿qué puente?




7 años se cumplen de la Masacre de Avellaneda. 7 años del asesinato impune
de nuestros compañeros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. 7 años de la
represión orquestada por Duhalde, Solá, Atanasof, J.J Alvarez, Anibal
Fernandez, Ruckauf, Genoud, Soria. 7 años de la represión en la que todos
los agentes del sistema participaron en su planificación, ejecución y
encubrimiento: Empresarios, políticos, medios de comunicación y fuerzas de
seguridad en su conjunto. 7 años en los que los asesinos se han reciclado
y pasado por todo tipo de cargos, candidaturas, frentes electorales
oficialistas u opositores. 7 años en los que los asesinos acompañan el
discurso oficialista lavado y legitimador de la represión sobre los
D.D.H.H. 7 años en los que el gobierno de los DDHH ha desaparecido por
acción u omisión a Julio Lopez y Luciano Arruga. 7 años en los que el
Estado ha asesinado Carlos Fuentealba y, al igual que en la masacre de
Avellaneda, apenas han caído algunos asesinos de uniforme y de bajo rango
como chivos expiatorios. 7 años en los que el Estado asesinó a través de
sus fuerzas de seguridad y su gatillo fácil a mas de 1000 pibes. 7 años
con mas presos políticos y procesados que nunca desde la vuelta a la
Democracia. 7 años con la impunidad y la represión como denominadores
comunes.
Hoy todavía se nos anuda la garganta y nos llenamos de bronca al ver las
imágenes de nuestros compañeros caídos, de los heridos y presos. Aquella
represión tuvo como objetivo central desarticular el Movimiento Piquetero
y sus cortes a la circulación de mercancías que tanto le duelen al
capitalismo. A partir de ese día un monumental operativo mediático comenzó
a deslegitimar todas las nuevas y viejas formas de resistencia que venían
con un crecimiento imparable desde todos los sectores del campo popular
desde diciembre de 2001. Al mismo tiempo la clase política se relegitimó y
de la mano de Duhalde llegó Kirchner en 2003 con toda su perorata falsa
sobre la memoria y DDHH. Así, intentó culminar la tarea de su ex amigo y
aliado Duhalde de desarticular los movimientos de desocupados por medio de
la cooptación y la represión.
Si bien en estos 7 años el movimiento popular ha retrocedido, se ha
dispersado y fragmentado por la cuña del Kirchnerismo y por sus propias
limitaciones históricas, la resistencia no ha cedido. Desde el 26 de Junio
de 2002 seguimos acampando en el puente todos los años, construyendo y
articulando entre organizaciones diversas por la resignificación de esos
espacios en donde se desarrolló la represión. Hoy la estación Avellaneda
es estación Darío y Maxi y un sinfin de obras de arte popular dan cuenta
de nuestras luchas contra la impunidad.
Por eso este 26 de junio otra vez diremos:

EL PUENTE ES NUESTRO

CASTIGO A LOS ASESINOS MATERIALES E INTELECTUALES DE LA MASACRE DE
AVELLANEDA

DARÍO Y MAXI Y TODOS LOS CAÍDOS EN LA LUCHA ¡¡¡¡PRESENTES!!!!

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