lunes, 26 de enero de 2009

Graciela, Delia y Margarita: Madres de Cromañón

Antes de invitarnos a la marcha y como buenas madres que son y empujadas por el afán de que un nuevo cromañón no sea posible, empezaron dándonos consejos sobre las cosas que hay que tener en cuenta para saber si el lugar en el que estamos es seguro.

También empezaron a enumerar la interminable lista de irregularidades que presentaba el boliche esa noche. Irregularidades edilicias pero también de las otras, las “irregularidades” de las autoridades: la policía, los inspectores municipales, los bomberos…

Y también las “irregularidades” en la información que dan los medios:

Fue así como desmontaron los mitos sobre cromañon:

- La guardería que funcionaba en cromañon nunca existió

- “Los padres no los cuidaron”: más del 80% de los fallecidos eran mayores de edad y además estaban en el horario permitido para menores.

- “Los padres no se informaron sobre el lugar donde iban sus hijos”: cromañon estaba habilitado y el gobierno de la ciudad auspiciaba algunos recitales que ahí se hacían

- Ninguna de las 194 autopsias encontró el uso de drogas o de alcohol.

- “Los padres son violentos”: de los 385 padres solo tres tuvieron actitudes violentas pero ninguno paso de la palabra a la acción. La violencia verbal no se debe a ninguna filiación política, ni de poder, ni pertenecen a ninguna barrabrava sindical. Son padres impotentes de tanto dolor..

Delia forma parte de la murga: “los que nunca callarán” formada por sobrevivientes de la masacre y ella solita, a capela, y desgarrándose en cada una de las estrofas nos ofreció un tango y un candombe que hace con la murga.

Todos y todas los y las presentes coincidimos en que fue uno de esos momentos de emoción que esa esquina, la de gallardo y corrientes, nuestra esquina, no va a poder olvidar.



¡los pibes de Cromañon! Presentes

¡los sobrevivientes de Cromañon! Presentes

¡los familiares y amigos en lucha! Presentes

¡Ahora y siempre!

¡Justicia!

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