Ayer después de la reunión de la olla me tomé el subte para casa. Me senté y me quede mirando un punto fijo sin pensar en nada, de repente una manito me deja unas hebillas sobre mis piernas y me saca de mi burbuja diciéndome Hey seño! Cómo está? Lo miré y era él, El polaquito. Me asombré de que me recuerde, hacia casi un año que no lo veía.
Me abrazó fuerte y me sonreía demostrando alegría. Hola bombón le dije yo, cómo estas? Y acá me dijo laburando un poco, viste que la mano esta re jodida, así que me quedo hasta que cierra el subte. Hablamos muy poquito, el tiempo de dos paradas de subte, me preguntó por mi hijo y me saludó diciendo, cuídelo mucho seño.
Salí a la calle y empecé a recordar lo que yo sabía del polaquito. Nosotros nos conocimos en Pompeya, el tiene la ranchada ahí y en ese momento iba a un centro de día donde laburaba una colega mía. Debe tener 9 años y unos ojazos celestes que cuando miran profundamente uno puede ver cosas que no están buenas para ser tan chiquito. José como dice llamarse él, es adicto al pegamento y a veces, de vez en cuando, se fuma algún paco. Vive en la calle desde los siete porque el padrastro le pegaba y antes de quedarse ahí y que el tipo ese, según sus dichos, se quede con la guita que él juntaba se fue para ranchada de los amigos. El polaquito cuando esta muy pasado, en vez de vender cosas en el subte sale a robar, cuando se acuerda hasta te cuenta el momento, generalmente lo hace cuando se queda sin pegamento y necesita guita para comprar mas poxi. Afanar un celular o una billetera para José es tan natural como laburar muchísimas horas sin descansar, como dormir en la calle y que la policía lo mate a palazos, como tener hambre y nada para comer.
Y esa última frase con la que se despidió diciéndome que cuide mucho a mi hijo me quedó doliendo mucho dentro mío. Me diría que lo cuide como su mamá no supo o pudo cuidarlo? O tal vez algo de niño todavía lleva adentro y busca que alguna mamá lo cuide, lo saque de ese infierno en el que vive y le de el amor que todos los chicos necesitan y se merecen?
Tanta impotencia me genera esto. Que andemos ciegos por la vida ignorando los miles de polaquitos que andan dando vueltas por la ciudad, o lo que es peor que nos asustemos de ellos que pretendamos que los metan presos. “Porque chiquitos y todo pueden robarnos y matar a nuestros hijos”. Cuanta indignación me da que nos hayan vendido este paquete y mucho más que lo hayamos comprado a tal punto de temerle a estos pibes que están en calle, cuando en general son ellos los que nos temen. Y lo bien que hacen, no? “Porque si me los cruzo por la calle salgo para otro lado y si se quedan un rato en mi esquina llamo a la policía”. “Total si les pegan son pibitos chorros, seguro que se lo merecen”. Cómo no poder ver que son chicos igualitos a los que tenemos en casa, con la mala suerte de haber caído en ese porcentaje de niños delincuentes que el sistema necesita para seguir generando inseguridad y “ciudadanos” desesperados por seguridad, mano dura y una baja en la edad de imputabilidad.
Ojala yo pueda cuidar a mi bebé de este sistema de mierda y que no me pase como a la mamá del polaquito. Ojala haya mas gente como vos y como yo que no les tenga miedo ni rechazo a estos pibes y que les cuente de la vida que se merecen y les de la mano que el sistema les niega pa salir de esa situación de vulnerabilidad tan grande.
viernes, 14 de agosto de 2009
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