martes, 26 de agosto de 2008

Esta olla se dedica a la problemática de la vivienda

miércoles, 13 de agosto de 2008

El momento inesperado

El momento inesperado llegó y sorprendió.

Una persona, un vecino del barrio, trajo una inquietud: otra persona, un hombre confundido y dolorido, quería volver a Entre Ríos, caminando desde donde estábamos, en Corrientes al 4600, hasta la Avenida General Paz, y ahí, hacer dedo hasta su casa, en las afueras de La Paz. Eran las 21 horas aproximadamente, y este padre, que había perdido a su hijo mordido por una yarará, en el camino hacia el hospital Muñiz, en Buenos Aires, mientras el venía por otro lado, para estar con él, quería seguir su camino.

Entonces, la Olla respondió. Nos consultamos y nos pareció que l mejor que podíamos hacer era hacerlo desistir de su idea, y ayudarlo a tomarse un micro en Retiro, hacia su lugar. El punto es que el hombre no quería recibir dinero, pero, al cabo de un rato de charla aceptó. Y entonces se comunicó al resto de la Olla, vale decir a todos y todas, y se organizó una rifa, con un libro donado por Alfredo Grande, para juntar ese valor.

Se juntó plata mas que suficiente, y se le dio a ¿Carlos? ¿José?, aconsejándolo para que llegue sano y salvo a Retiro y pueda volver con los suyos.

Esta es la historia simple, que sin embargo conmovió a muchos de los presentes, por el desconocimiento de las vivencias de este hombre, viviendo en lugares muy precarios, con sueldos pedorrísimos, en condiciones insostenibles, y expuesto, como toda su familia, a muchos peligros, además de padecer por su falta de acceso a servicios de salud, o posibilidades de atención necesarias.

No sabemos todavía cómo le fue, cómo está, y nos preguntamos cómo hacer para aportar algo a la vida de este hombre, que cuando llegó sin recursos a esta ciudad, y fue a la casa de su provincia y a otros organismos oficiales para que lo ayuden, fue ignorado. No sabemos cuántos como él padecen a diario estos problemas, seguramente son miles. Sólo sabemos que organizarnos y poder responder a este evento inesperado de manera solidaria y eficiente nos sirvió para sentirnos un poco mejor, y para confiar en la mirada política que venimos sosteniendo: la ocupación del espacio público con y como alternativas al modelo imperante de desinterés por los demás nosotros, y por el aporte a las soluciones; otro tipo de espectáculo en el que no se puede estar tinellícamente pasivos/as.

jueves, 7 de agosto de 2008